El Shiatsu es una terapia manual de origen japonés profundamente enraizada en los principios de la Medicina Tradicional China. A través de presiones rítmicas y conscientes sobre los meridianos y puntos energéticos del cuerpo, busca restablecer el flujo armónico del Qi (energía vital), liberar bloqueos y activar los mecanismos naturales de autorregulación del organismo.
A menudo se le llama “acupuntura sin agujas”, ya que trabaja los mismos canales energéticos sin la utilización de instrumental, utilizando únicamente el contacto con las manos, los dedos y, a veces, los codos o rodillas. Este contacto profundo y respetuoso no solo tiene un efecto físico, sino también un poderoso impacto emocional y mental.
Una técnica con raíces profundas
La palabra Shiatsu significa literalmente “presión con los dedos”. Aunque sus raíces se remontan al masaje Tuina chino, fue en Japón donde se desarrolló como técnica diferenciada a partir del siglo XX, integrando elementos del conocimiento occidental y de la tradición oriental. Hoy en día, existen distintas escuelas de Shiatsu, cada una con su enfoque particular, siendo la más reconocida en Japón la del maestro Namikoshi, integrada incluso en el sistema sanitario público del país.
¿Cómo es una sesión de Shiatsu?
Durante una sesión, se aplican presiones suaves pero profundas con los pulgares, las palmas y otras partes del cuerpo, combinadas con estiramientos, movilizaciones y manipulaciones articulares. Estas técnicas no solo relajan la musculatura y liberan tensiones físicas, sino que también estimulan la circulación sanguínea, favorecen el drenaje linfático y promueven una sensación general de bienestar.
El Shiatsu acompaña a la persona en su globalidad. Cada tratamiento es único y adaptado al estado físico, energético y emocional del momento, facilitando un reencuentro con el propio centro, el descanso profundo y la vitalidad.
Indicaciones y beneficios
El Shiatsu no tiene contraindicaciones importantes y es una terapia segura que puede acompañar distintos procesos tanto físicos como emocionales. Entre las dolencias que suelen mejorar con la práctica regular de Shiatsu encontramos:
- Dolores musculares y articulares: lumbalgias, ciáticas, cervicalgias, contracturas, fibromialgia
- Trastornos digestivos: hinchazón, estreñimiento, digestiones lentas Problemas respiratorios o de tensión torácica
- Dolores de cabeza y migrañas
- Trastornos ginecológicos y menstruales
- Trastornos del sueño: insomnio, despertares nocturnos Desequilibrios emocionales: estrés, ansiedad, tristeza, agotamiento
El cuerpo recuerda. Y cuando lo tocamos con respeto y escucha, despierta su memoria de salud.
Te invito a experimentar el poder del contacto consciente y la presencia plena a través del Shiatsu.