Problemas digestivos

Cuando el sistema digestivo se altera, no solo sentimos molestias físicas: muchas veces hay detrás un cuerpo saturado, emociones no digeridas o ritmos de vida que no podemos asimilar. La digestión es un proceso tanto biológico como emocional y energético. Y por eso, el tratamiento también debe contemplar todos esos planos.

Hoy en día, muchas personas conviven con síntomas digestivos sin encontrar una solución definitiva. Acidez, reflujo, gases, hinchazón, digestiones lentas, estreñimiento, diarrea, sensación de “nudo en el estómago”… A menudo, estos síntomas se cronifican y derivan en desequilibrios más profundos como:

  • Colon irritable (SII)
  • Disbiosis intestinal
  • Sobrecrecimiento bacteriano (SIBO)
  • Infección por Helicobacter pylori
  • Candidiasis intestinal crónica
  • Parásitos intestinales o cuadros de inflamación persistente

Además, muchas de estas afecciones se acompañan de fatiga, niebla mental, alteraciones del estado de ánimo, piel reactiva, trastornos hormonales o incluso palpitaciones, insomnio o ansiedad. No es casual: cada vez hay más evidencia del eje intestino-cerebro, una conexión directa entre lo que pasa en el intestino y cómo nos sentimos, pensamos y dormimos.

¿Qué puede aportar la Medicina Tradicional China?

En Medicina China, el sistema digestivo está gobernado por el Bazo y el Estómago, pero también depende del equilibrio con el Hígado, los Intestinos y el Riñón. Cuando hay desarmonía, la energía (Qi) no fluye correctamente, se acumula humedad, se genera calor interno o se debilitan nuestras defensas internas.

A través del pulso, la lengua, la observación del abdomen y los síntomas, identificamos qué tipo de síndrome hay detrás del problema digestivo:

  • Vacío de Qi de Bazo: digestiones lentas, hinchazón, fatiga, retención de líquidos, heces blandas.
  • Estancamiento de Hígado que invade Bazo: digestión que empeora con el estrés, gases, alternancia entre estreñimiento y diarrea.
  • Acumulación de humedad y flema en intestino: disbiosis, candidiasis, niebla mental, lengua saburrada.
  • Fuego en Estómago: reflujo ácido, hambre excesiva, úlceras, irritabilidad.
  • Frío en intestinos: diarreas matinales, dolor abdominal que mejora con calor, falta de vitalidad.
  • Invasión de parásitos o toxinas: movimientos intestinales irregulares, picor anal o vulvar, insomnio, alteraciones en la piel.

Este enfoque nos permite no solo aliviar los síntomas, sino actuar sobre la raíz del desequilibrio.

¿Cómo puede ayudarte la acupuntura?

La acupuntura ayuda a restablecer el orden interno regulando el sistema nervioso, desinflamando, activando la función digestiva y mejorando la microbiota intestinal. En consulta he visto mejoras notables en casos de colon irritable, disbiosis, SIBO, infecciones por Helicobacter pylori, parásitos o candidiasis intestinal, especialmente cuando se combina con una estrategia personalizada.

Entre sus beneficios:

  • Regula la motilidad y la función intestinal (útil en estreñimiento, diarrea o gases)
  • Disminuye la inflamación y el dolor abdominal
  • Reduce la acidez y mejora el vaciado gástrico
  • Activa el sistema inmunitario del intestino
  • Mejora la absorción y fortalece el Qi digestivo
  • Regula el eje intestino-cerebro, disminuyendo ansiedad, insomnio o síntomas psicosomáticos

Acompañamiento integrativo

Cada persona es única, y por eso el tratamiento que propongo no se basa en un protocolo rígido, sino en una escucha profunda del cuerpo y del momento vital de quien consulta. Además de la acupuntura, podemos incluir:

  • Auriculoterapia: estimula zonas reflejas del aparato digestivo y el sistema nervioso para calmar el dolor, regular el tránsito intestinal o trabajar el hambre emocional.
  • Fitoterapia china o complementos específicos: plantas y fórmulas para combatir infecciones como Helicobacter pylori, hongos intestinales o desinflamar la mucosa digestiva.
  • Biomagnetismo: colocación de pares magnéticos para equilibrar el pH, modular la microbiota y ayudar en casos de disbiosis, parásitos o candidiasis.
  • Moxibustión: calor terapéutico en puntos que activan la digestión y expulsan el frío interno.
  • Flores de Bach: un apoyo sutil y profundo para acompañar emociones como la autoexigencia, la vergüenza corporal, la dificultad para poner límites o el rechazo hacia uno mismo.
  • Recomendaciones de alimentación terapéutica: sencillas, adaptadas al diagnóstico energético, la estación del año y tu estilo de vida, sin prohibiciones estrictas, pero con lógica digestiva.

Cuidar el sistema digestivo es devolverle al cuerpo su centro, su energía, su claridad. Y también su capacidad para sentir placer, ligereza y confianza.

Si estás viviendo un proceso digestivo difícil o crónico, no estás sol@. La acupuntura y un enfoque integrativo pueden ayudarte a recuperar el equilibrio desde dentro.

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