Acompañamiento cáncer

Un recurso para cuidar el cuerpo, calmar la mente y sostener el alma

Transitar un tratamiento oncológico es una experiencia profunda, que no afecta solo al

cuerpo físico, sino también a la esfera emocional, mental y energética. La acupuntura no pretende sustituir ningún tratamiento médico, sino acompañar el proceso, suavizar sus efectos secundarios y fortalecer los recursos internos del organismo para que pueda atravesarlo con mayor equilibrio y calidad de vida.

Cada persona es única. Por eso, el tratamiento siempre es personalizado y adaptado a la fase del proceso en la que te encuentres.

¿En qué puede ayudarte la acupuntura durante un tratamiento oncológico?

Durante la quimioterapia, radioterapia o medicación hormonal, pueden aparecer síntomas colaterales difíciles de sobrellevar. La acupuntura puede ayudar en:

  • Sofocos provocados por los tratamientos hormonales, especialmente frecuentes en cáncer de mama y de próstata.
  • Apoyo en las fases de detoxificación hepática, ayudando al cuerpo a metabolizar y eliminar toxinas con mayor eficacia.
  • Fortalecimiento del sistema inmunitario, especialmente en fases de agotamiento o neutropenia, para sostener la vitalidad general.
  • Alivio de la parestesia o neuropatía periférica, sensación de hormigueo, adormecimiento o sensibilidad dolorosa en manos y pies, común tras la quimioterapia.
  • Palpitaciones, taquicardias y ansiedad, que muchas veces aparecen de forma secundaria al estrés del diagnóstico o al impacto de la medicación.
  • Mejora de la calidad del sueño, tan necesaria para la recuperación, pero frecuentemente alterada durante esta etapa.
  • Apoyo emocional, desde un enfoque respetuoso y compasivo, ayudando a recuperar una sensación de conexión y sostén interno.

Una medicina que escucha

En este tipo de procesos, el espacio de la consulta se convierte en un lugar seguro: para descansar, sentir, expresarse y dejarse cuidar.

La acupuntura estimula puntos específicos que ayudan a armonizar el sistema nervioso, recuperar el apetito, regular la digestión, disminuir náuseas o calmar la mente. En algunos casos, también puede utilizarse moxibustión suave para tonificar la energía vital, o fórmulas de fitoterapia china cuidadosamente seleccionadas, siempre con total respeto al tratamiento médico en curso y en coordinación, si es necesario, con tu equipo de salud.

Porque también es posible sanar durante el tratamiento. Sanar no siempre significa curar la enfermedad, sino volver a habitar el cuerpo con dignidad, presencia y calma.

Estoy aquí para acompañarte, paso a paso, sin juicios ni prisas.

Preguntas frecuentes sobre el acompañamiento con acupuntura durante un tratamiento oncológico

¿Cuándo puedo empezar a recibir acupuntura si estoy en tratamiento?

La acupuntura puede acompañar en distintas fases del proceso:

  • Antes del tratamiento, para fortalecer el terreno y preparar al cuerpo.
  • Durante el tratamiento, para aliviar efectos secundarios y sostener el sistema inmunitario.
  • Después, en la fase de recuperación, para restaurar la energía vital, apoyar la desintoxicación hepática y recuperar el equilibrio emocional.

El ritmo y la frecuencia se adaptan a tu situación y a cómo te sientes en cada momento.

¿Es compatible con quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia?

Sí, es completamente compatible. La acupuntura es una terapia integrativa que no interfiere con los tratamientos médicos, sino que los acompaña y complementa. Siempre actúo con total respeto a las indicaciones del oncólogo y, si es necesario, podemos trabajar de forma coordinada.

¿Duele la acupuntura?

No. Las agujas que se utilizan son muy finas y se insertan suavemente. Muchas personas se sorprenden al sentir cómo su cuerpo entra en un estado de relajación profunda durante la sesión. Si estás especialmente sensible, ajustaremos el tratamiento para que sea lo más cómodo y acogedor posible.

¿Cuántas sesiones se necesitan?

No hay un número fijo. Algunas personas vienen semanalmente durante la fase de tratamiento activo, otras lo hacen en momentos puntuales para aliviar síntomas específicos. Lo más importante es respetar tu proceso, tu ritmo y tu energía.

Guía práctica de autocuidado después de la quimio o la radio

El tratamiento médico actúa directamente sobre las células, pero también puede dejar al cuerpo y al alma en un estado de agotamiento profundo. Aquí algunas sugerencias para cuidar de ti tras una sesión de quimioterapia o radioterapia:

  1. Descanso consciente
    Permítete descansar sin exigencias. No es pereza: es regeneración. Si sientes que necesitas dormir más o estar en silencio, escúchate.
  2. Alimentación suave y tibia
    Evita alimentos fríos, crudos o muy grasos. Opta por caldos, sopas, cremas de verduras, arroz, compotas, infusiones digestivas con jengibre o manzanilla. La dieta caliente ayuda a proteger el Bazo y a conservar la energía digestiva.
  3. Hidratación continua
    Bebe agua tibia a lo largo del día. También puedes preparar infusiones suaves que ayuden al hígado en su proceso de limpieza.
  4. Cuidado emocional
    Escucha tus emociones sin juzgarlas. A veces aparecerán el miedo, la tristeza, la ira o el vacío. Puedes escribir, hablar con alguien de confianza, o simplemente respirar y dejar espacio a lo que sientes.
  5. Toques de autocuidado
    Un baño caliente con sal, un automasaje suave con aceites naturales, música que te relaje, respirar profundamente al sol unos minutos… pequeños gestos que te ayudan a volver a ti.

Recuerda: no estás sola. No estás solo. Este proceso es único, y merece ser acompañado con respeto, presencia y cuidado verdadero.

Estoy aquí para sostenerte en lo que necesites.

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